" Desde tiempo inmemorial, las olas del océano baten las orillas. Las olas llegan, se estrellan contra la orilla y retroceden. Vuelven a llegar, se estrellan contra la orilla y retroceden. Durante cientos de miles de años, también la vida ha batido como olas interminables. Parece que la vida quiere elevarse hasta cierta altura. Parece que esas olas del océano, esas olas de la vida, quieren elevarse, pero se limitan a estrellarse contra la orilla y son destruidas. Surgen nuevas olas, que se destruyen y desaparecen. Este ocáno de la vida lleva millones de años batiendo, batallando, elevándose y decayendo día tras día. ¿ Qué fin las mueve? Lo cierto es que parece existir un esfuerzo que impulsa a la vida a alcanzar cada día mayores alturas. También parece existir una tendencia a llegar a mayores profundidades.
En este incesante proceso de la vida, parece que existe un esfuerzo por dar a luz una vida más plena."
OSHO
Mi reino es de los astros misteriosos,
del fuego que susurra en el ocaso.
Se me figura milagrosa tela
el cielo con su azul iluminado.
Conmigo no es el hombre sino el ángel.
Su sombra se hace mies en mi costado.
Él busca de mi luz el santo norte
como la brisa cuando es mi rebaño.
Mi reino es de las olas de la mar
que nunca al pensamiento dan descanso,
de las estrellas fijas en los ojos
pues son criaturas de un querer muy manso.
Si llueve es porque lluevo lentamente
y si amanece es porque ya me aclaro.
Cuando anochece y no aparece el cielo
el viento de mi reino está callado.
del fuego que susurra en el ocaso.
Se me figura milagrosa tela
el cielo con su azul iluminado.
Conmigo no es el hombre sino el ángel.
Su sombra se hace mies en mi costado.
Él busca de mi luz el santo norte
como la brisa cuando es mi rebaño.
Mi reino es de las olas de la mar
que nunca al pensamiento dan descanso,
de las estrellas fijas en los ojos
pues son criaturas de un querer muy manso.
Si llueve es porque lluevo lentamente
y si amanece es porque ya me aclaro.
Cuando anochece y no aparece el cielo
el viento de mi reino está callado.
MI REINO. DELFINA ACOSTA
Las olas llegan a la orilla.. y parten
ResponderEliminartodo es incesante, ir y venir
así es la vida ..
nunca acaba, nunca se detiene
y nosotros pasamos con ella
Un abrazo.
Así es, un ciclo contínuo e intermitende en devenir.
ResponderEliminarEl mar, siempre el mismo mientras cambia continuamente. Cómo la vida.
Un ABRAZO Myriam, ( la imagen " La ola de vida" me volvió a la mente al pasar por tu casa. GRACIAS ;-)