Metamorfosis, inundándonos en todos los sentidos,
abrazando al alma, consciente de la muerte mientras late,
viva cómo nunca...
Y la consciencia reacciona ante la muerte,
y ante la sensación de morir,
estando vivo.
La sutil línea divisoria,
entre un suspiro y el último latido,
que te aferra a la vida mientras se deja morir al corazón.
Y no muere el alma,
mientras observa al que lo mira,
a aquél que contempla su adiós sobre el asfalto,
el mismo que entrega un poco de su alma,
anegada, inconexa, pensativa...
Vivir la muerte,
es de nuevo amanecer, sentirse vivo.
Y cuando acuda silenciosa a la conciencia,
con un sentido abrazo,
mostrará su sonrisa.
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