miércoles, 30 de noviembre de 2011

¿ Loca?



Me alegra pensar, que la vida que llevamos, es la que queremos llevar. Libres para elegir y desechar...
Libres para decidir, aún dentro de los parámetros que no dependen de nosotros.
Aunque a veces, sucede que nos amoldamos a lo que la vida nos regala y afortunadamente, teniendo plena conciencia de ello, somos nosotros los que deberemos transformar esa realidad.  Si un día fuimos merecedores de algún golpe, quizás fue para hacernos crecer, para que aprendiésemos y cuando nos regaló lo más maravilloso, no fue un premio… Fue porque también lo merecimos.
Hay ocasiones, en las que desechamos ese regalo y entonces, ese regalo se transformó en el más duro de los golpes. Con el tiempo, uno va reubicándose, recolocando cada cosa en su lugar y cuando es el amor, quién se encarga de hacerlo, el resultado es asombroso.
Todo aquello que parecía estar patas arriba, de repente toma una forma nunca imaginada. Cobra el valor de lo intangible, y se transforma en el más bello de los regalos. La propia vida.
Si soportamos el dolor, soportaremos también la felicidad. Si sobrellevamos las lágrimas, acabaremos destornillados de la risa. Si sobrellevamos  la muerte, seremos también capaces de crear una nueva vida…
Y la vida, es maravillosa. De nuevo nos hace caer en ese círculo vicioso, de pena y alegría, de derrumbe y superación,  de dificultad y facilidad, de incertidumbre y sueños. Y los sueños, adquieren su verdadero valor cuando dejan de serlo, cuando se tornan realidad, cuando son tangibles a la suave caricia de nuestro corazón. Cuando podemos sentirlos, y sobretodo, cuando al despertar podemos abrazarlos, envolviéndonos en algo más que un pensamiento, entregándonos físicamente a su eterno abrazo…

La realidad es aquella que tenemos,
O la que elegimos tener
Cuando también podemos transformarla, 
A otra, diferente...

2 comentarios:

  1. ¿Crees que lo malo y lo bueno que nos sucede es porque nos lo merecemos?. Yo me niego a esto...
    Lo de crecer con lo adverso, es pura supervivencia, de otra manera te mueres con el problema; o lo superas o te hundes con él.
    En ese caso y siguiendo tu creencia, que respeto muchísimo porque te voy conociendo, un recién nacido que viene al mundo con "diferencias", ¿a quién hacen crecer sus dificultades y su dolor? ¿a él mismo, como individuo, o a sus padres? ¿o quién se merece ese castigo?...
    Tendríamos que hablarlo sentadas en algún lugar tranquilo, porque hay mucha tela que cortar en este post que, por cierto, me ha encantado, pero con el que discrepo en ciertos trocitos.

    Si soportamos el dolor, celebraremos cualquier minuto de felicidad, por si acaso. Si sobrellevamos las lágrimas, acabaremos destornillados de la risa (ahí de acuerdo cien por cien). En cuanto al tema muerte... ¡puf!, no sé como soportaré cuando me toque vivirlo en mis seres más queridos.

    Jolín, que me estaría comentando cada párrafo porque no tiene desperdicio tu entrada de hoy.

    Un besazo.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Towanda, en primer lugar porque tu coment, me da la oportunidad de explicar ciertos matices que quizás no supe expresar...

    Realmente NO. No creo que lo bueno y lo malo sea porque lo merezcamos, pero cuando llega, es una oportunidad para como bien dices crecer ¿ qué remedio? La vida no es siempre color de rosa, pero en nuestra mano está colorearla... El ejemplo de poner un bebe que viene con diferencias... me ha "tocao" pero incluso eso, está en nuestra mano el poder dulcificarlo y hacerlo diferente. ¿ Acaso los padres que tienen un bebé en esas condiciones deberían estar todo el día llorando, tristes o enfadados? Sinceramente creo que no, y tampoco creo que sea un castigo. La procesión se debe aprender a llevar por dentro y ofrecerle en la medida de lo posible, SIEMPRE la mejor de las sonrisas. No siempre la vida nos da la oportunidad de poder elegir, pero aún y cuando vengan mal dadas, hay que sobreponerse. Igual te da la impresión de que nunca sufrí o de que no sé de lo que hablo… tal vez si mostrará al cien por cien mi vida te sorprendería, pero te mostraré un ejemplo… El padre de mi hija murió cuando esta contaba 11 meses. Me sigue doliendo que no se pudieran conocer y disfrutarse. ( independientemente de la relación que yo a día de hoy mantuviese con él). Mi hija nunca sabrá de ese dolor, y no hablo de disfraces, hablo de disfrutar de cada uno de los instantes que nos ofrece la vida, al margen de nuestro dolor. La muerte no se supera, se soporta. Esto, que se escribe rápido y frío, hay que vivirlo...

    Elige un lugar tranquilo, me encantan las discrepancias ( y seguro que alguna te has guardado jajajaja). Cada ser, vive una vida diferente, piensa de modo diferente, y siente de modo diferente. Únicamente manteniendo la comunicación podemos aprender los unos de los otros...Y yo siempre estoy dispuesta a aprender ;)

    Sigue comentando Towanda si te apetece, esta también es tu casa, sin límite de espacio. Me encanta escucharte y charlar contigo...

    Un besazo amiga!!

    ResponderEliminar