Dar sin esperar, recibir sin olvidar

Leerte...

El más delicioso de los manjares. Tus letras me alimentan derritiéndose en mi boca. Si alguna de ellas, se queda juguetona entre mis labios, mi lengua amante la recoge para saborearla.  Mientras nutren mi amor, enriquecen  mi alma. Vitamina para mis sentidos son tus latidos que en líquidas grafías navegan por mis venas. Pájaros libres que inundan mis suspiros. Regalos que aparecen si acaricio.

Escucharte...

La más sublime melodía. Recorre tu voz mi interior mientras me das la vuelta, dejando a la interperie todos mis sentidos, mis órganos, mi sangre.  El eco se hace inmenso  perteneciéndote todas mis partículas, sólo soy corazón que escucha, que siente y que te admira. Tus versos,  hacen callar al viento y a la brisa. Entonando tormentas de un latido sin fin. Eterno vuelo que remonta hacia las nubes.

Sentirte...

  El más precioso regalo.  Llegas a mi desnudo siendo como tú eres y desnudando mi alma con paciencia me haces sentir que soy.   Que somos, ambos en un mismo destino que quiso presentarnos, ambos el mismo sueño que permite conocernos, ambos ausentes de tiempo con todos los momentos para poder amarnos. En un horizonte sin fin sentirte y  que me sientas.

Amarte... 

 Mi mejor  Sueño.  Recibirte entre mis brazos sumiéndome en tu abrazo. Tu luz mi cielo en la mañana.  Navegar por mil mares anclada a tu deriva. Mientras tu orilla, desprende  el aroma del amor donde se deshacen mis papilas fundiéndome en tus besos, sabiéndose mi alma, entregada a tu sueño. Y el sueño, carece de tiempo mientras lo tiene todo. Sabedor del amor que te profeso.