lunes, 28 de febrero de 2011

El pájaro. Octavio Paz.



Un silencio de aire, luz y cielo.
En el silencio transparente
el día reposaba:
la transparencia del espacio
era la transparencia del silencio.
La inmóvil luz del cielo sosegaba
el crecimiento de las yerbas.
Los bichos de la tierra, entre las piedras,
bajo la luz idéntica, eran piedras.
El tiempo en el minuto se saciaba.
En la quietud absorta
se consumaba el mediodía.

Y un pájaro cantó, delgada flecha.
Pecho de plata herido vibró el cielo,
se movieron las hojas,
las yerbas despertaron...
Y sentí que la muerte era una flecha
que no se sabe quién dispara
y en un abrir los ojos nos morimos.




 

Alas de nube.





Miradas afiladas, que aún tatúan el corazón y el alma...
Ahora no las veo, como siempre las siento.
Las pequeñas incisiones y la sangre, reafirman su existencia.
¿ Que fue del nosotros que nunca hubo?
Las miradas que te envío, ya no respiran.
Quedaron asfixiadas en el momento que te mostraste como no te conocía
¿ Por qué emprenderse en un sueño que acaso sólo yo soñaba?, no debiste darle de comer, pues se hizo grande. Y resistente.
Duro y aparentemente insensible, cómo la superficie que recubre mi piel, sobre la cual, resbala únicamente el rocío de la mañana, en silencio. Mientras se escucha únicamente el lejano susurro de tu voz, entre las cuatro paredes que me acunan. Es el momento en que presiento que te vas y cuando vuelves, con la única certeza de que al menos unas horas, sin querer, seguimos compartiendo un tejado amarillo. Provisto de sirenas y timbres esperados. Al menos eso, seguimos compartiendo... por unas horas.
Cada vez me cuesta más. Cada vez, me entiendo menos.
Feliz y desprovista de unas alas prestadas, ahora poseo las mías propias.
Son de nube, para que no puedan romperse aunque puedan transformarse. Para que puedan desaparecer a menester, a sabiendas de que en el infinito cielo, siguen siendo.
Son de nube. No entienden de miradas afiladas, pues siguen emitiendo, miradas de nube.
Convertida a última comensal, eso me encanta...
Me alimento tan sólo de tu prestada presencia. Quedé saciada. No tengo más hambre...
No hará siquiera falta que me sirvas, aunque te agradezco. Puede que después de andar amando y ciega ni eso merezca...
Aunque no importe... Quizás si importe.

Las alas de nube, ya no miran. Por no decaer antes de iniciar el vuelo y siguen viendo...
Pueden ser transparentes, como el amor. Pasar desapercibidas.

 Sólo el que las tiene, puede comprender.


Para que no olvides, son alas ligeras, etéreas. Como el aroma que las envuelve...
Se acaba el sueño...
¿ Qué es esto que acaricia mis hombros...?


                                                                                                   

domingo, 27 de febrero de 2011

Táctica y Estrategia






Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos

mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible

mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos

mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos

mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple

mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.

                 MARIO BENEDETTI




" La táctica consiste en saber qué hacer cuando hay algo que hacer. La estrategia, en saber qué hacer cuando no hay nada que hacer."

                SAVIELLY TARTAKOVER 


 

sábado, 26 de febrero de 2011

Todo pasa... y paso...



No pasa, sino es el tiempo,
que pareció rezagado.
Pasa un tiempo ya perdido,
que será tiempo olvidado.
Pasa el tiempo y realmente
atrás queda ya el pasado.
Pasa el tiempo, sin mentiras,
ni segundos descontados.
Pasa como pasa el día,
y la noche, de este lado.
Pasan segundos, minutos,
pasan sueños caducados.
Pasa sin pasar las horas,
sueños recién dibujados,
Pasa sin pasar mi vida,
a pasos agigantados.
Pasa todo lo que fue,
sin pasar lo que ha pasado.
Pasa la vida, la muerte,
los malos y buenos ratos.
Pasa el tiempo, que ha pasado...
Paso,  viviendo mis pasos.


jueves, 24 de febrero de 2011

Paisaje chino. Pierre Jean Jouve.

Llueve sobre un lago, todo está borroso y detrás, sigilosamente, el trueno. Largas cintas sueltas deshilachan las rocas más duras mientras el agua está lisa como una virgen. Yo paseo una pena de varios siglos notando el aire vivo sin viento sobre mi cara.

No hay nadie en este país. Todo es aquí pérdida, fantasmas, ausencia después de la muerte. Ni siquiera existe esa pena de la que hablé. Una vez más se trata de lograr que el terrible conflicto no mate al poeta.